Pasos para conocer nuestra historia

Aquí te contamos cómo empezó Santa Palabra y cuál es el camino que hemos recorrido

     Comenzamos en el 2003, en Cali, contando historias delante de un público que asistía libremente a escucharnos. Desde entonces hemos actuado en dos orillas del mismo camino: en un lado caminamos hacia el desarrollo de espectáculos abiertos al público y, en el otro, caminamos junto al sector empresarial. Ambos lados integran el camino que elegimos y empieza hace veinte años gracias a la misma curiosidad: entender cómo cautivar audiencias por medio de relatos. En el 2007 esta inquietud se transformó en el propósito que aún nos sostiene: considerar a la palabra sagrada y emplearla para tejer puentes; fue en ese año que surgió el nombre de Santa Palabra.

     El mismo público que disfrutaba en los espacios itinerantes de narración oral de cuentos nos abrió las puertas a las empresas. Las razones por las cuales fuimos invitados a distintas organizaciones fueron decenas: fechas especiales, lanzamientos, convenciones, semanas culturales, campañas internas… Fue en este encuentro con lo corporativo que asumimos la difícil tarea de convertirnos en empresa, para facilitar nuestro acceso a compañías más rigurosas en el proceso de selección de sus proveedores.

     Nuestro propio desarrollo como empresa nos llevó a descubrir algo aún más íntimo. Con el ánimo de entender mucho mejor la transformación cultural y configurar propuestas más acertadas, nos topamos con una realidad muy común en las organizaciones: muchas personas en cargos directivos desconocen cómo aterrizar sus estrategias a las personas. En la soledad de los altos cargos, con cientos de indicadores por cumplir, supimos que a través de lo que hacíamos podíamos brindar soluciones. Para inicios del 2021 fuimos concibiendo la metodología que facilita la alineación de los departamentos, integrando líderes, optimizando presupuestos y facilitando aún más la transformación cultural. Este fue, sin lugar a duda, un gran salto: nos convertimos en asesores de la transformación, en integradores de talentos y genialidades a través de narrativas transversales.

     En nuestra relación con el sector corporativo fuimos constatando la efectividad del arte como herramienta para la transformación cultural. Ya no contábamos sólo por entretener y llevar nuestro propio mensaje, sino que participábamos para apoyar los objetivos de comunicación de las organizaciones. Luego, en esa intuición que nos sigue impulsando a crecer, descubrimos la vital importancia de cuidar todo lo que sucedía antes de nuestras intervenciones (porque el contexto siempre afecta la consecución de los objetivos). Dimos nuestros primeros pasos en un acompañamiento más cercano a nuestros clientes, guiándoles en el diseño, preparación, comunicación y ejecución de sus eventos, hasta llegar a preparar a distintos líderes frente a sus propias intervenciones por medio de historias que facilitaron su desempeño. Aplicamos conceptos que pasan por la pedagogía, las artes escénicas, la comunicación social y la psicología, todo para conseguir que ideas muy complejas se pudiesen entregar de manera simple y efectiva. Para el 2013 ya habíamos intervenido distintas organizaciones en procesos de BPM, Responsabilidad Social, Inocuidad, Certificaciones; luego nos aguardarían intervenciones sobre DD. HH. Diversidad e Inclusión y hasta llegamos a la implementación de metodologías ágiles. Nos convertimos en una empresa pionera en nuestro campo y demostramos, mucho antes de haberse desarrollado una tendencia planetaria, el poder del storytelling.

    ¿Y qué pasa cuando ni siquiera saben los líderes de las organizaciones para dónde van? Con una metodología innovadora es posible alinear a las cabezas de las organizaciones y ayudarles a descubrir el guion que les dice hacia dónde pueden caminar; porque toda organización se articula gracias a un relato colectivo, porque toda empresa es el resultado de una gran historia.

En estos veinte años hemos dado grandes saltos y las rutas que mencionamos al comienzo de este relato las hemos recorrido de forma paralela y sin detenernos. En todo ese tiempo, más allá de las personas y sus roles, en el sector corporativo o frente a un público que nos disfruta en el escenario, nos mantenemos bajo la misma esencia: somos, desde el principio y hasta hoy, guardianes de las palabras y amantes de las historias. Somos Santa Palabra, especialistas en historias.

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